Una familia de las Casas Baratas pierde el piso donde la realojaron
• El impago de la hipoteca hace que la caja desahucie a una madre con tres hijos
• Los afectados compraron el piso al ser derruida su casa en el Bon Pastor
- Â Â MarÃa Rosa Moliner (con su hija menor en brazos), junto a su familia, ayer, en su piso del Bon Pastor. Foto: ITALO RONDINELLAÂ Â Â Â
- HELENA LÓPEZ
BARCELONAÂ
MarÃa Rosa Moliner tiene 26 años, tres hijos pequeños y una hipoteca que le es imposible afrontar. Hasta ahÃ, su historia es tristemente común en los tiempos que corren. La peculiaridad del caso es que el piso que esta joven está a punto de perder por impago es el que le compró al Patronato Municipal de la Vivienda cuando tuvo que abandonar su hogar en las Casas Baratas del Bon Pastor, en Sant Andreu, al estar afectado por la transformación urbanÃstica del barrio.
En el momento en el que Moliner fue informada de la demolición de la casa en la que vivÃa desde que nació y en la que vivÃa su madre desde los 5 años, el ayuntamiento le ofreció dos alternativas: seguir de alquiler u optar a firmar un contrato de compraventa por debajo del precio de mercado. «En aquel momento mi hijo y mi yerno trabajaban, y pensamos que era una oportunidad de tener algo en propiedad para el dÃa de mañana, pero al poco tiempo de instalarnos en el piso empezaron los problemas. Todos se han quedado sin trabajo y no podemos afrontar los pagos. Perdimos la casita de toda la vida y ahora perdemos el piso», explicaba ayer la madre de Moliner mientras esperaba a que llegara la policÃa para ejecutar la orden de de-salojo, prevista para las nueve.Finalmente, de momento no ha habido desalojo. La entidad bancaria ha dado una prórroga de un mes, algo común cuando al proceder al desahucio se encuentra resistencia vecinal, según la entidad bancaria afectada.
Según fuentes municipales, el patronato no ha actuado antes porque la familia no le expuso su problema hasta que fue demasiado tarde, una vez la caja ya se habÃa quedado con el piso e incluso lo habÃa subastado (se subastó en marzo después de un año de impagos).
BÚSQUEDA DE SOLUCIONES / Pese a todo, fuentes del ayuntamiento aseguran que estas personas no se quedarán en la calle. «Estudiaremos el caso a fondo para ver si pueden entrar en los pisos de emergencias sociales y encontrar una solución», afirman. Según algunos vecinos que acompañaron ayer en la tensa espera a la familia Moliner, su caso no es aislado. Otros de los realojados de la primera fase de la reforma de las Casas Baratas del Bon Pastor también se han encontrado con que no podÃan afrontar el pago de la hipoteca. En algún caso, el patronato, que insiste en que no obligó a nadie a comprar, ha recomprado el piso a los afectados para después volvérselo a ofrecer en régimen de alquiler, solución inviable en el caso de Moliner, ya que el piso ya ha sido subastado.
«VenÃamos de una casa en la que pagábamos 20 euros de alquiler y esto nos ha venido grande. No solo es la hipoteca. Es que pagamos más luz, más agua, más gas…», resume la joven. «Antes de vender los pisos el ayuntamiento tendrÃa que haber valorado mejor si los afectados tendrÃan dinero para pagarlo», reflexiona Luis Nuevo, presidente de Avis del Barri, asociación de vecinos muy crÃtica con la reforma urbanÃstica que experimenta el Bon Pastor.
el Periódico.com
19-11-2009
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