Comunicat de la FAVB respecte al caos a Barcelona per la imprevisió davant la nevada
Ayuntamientos, Barcelona, Cagadas, Servicios públicos, Sociedad
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El aeropuerto de Lleida-Alguaire fue noticia no hace muchas semanas cuando las autoridades catalanas asistieron a su inauguración. No era para menos, ya que es la primera instalación de estas características impulsada por el gobierno autonómico fuera del régimen gestor del ente estatal de Aena. Para celebrar la buena nueva, el presidente de la Generalitat, José Montilla, realizó un viaje atípico: fletó un avión Airbus A320 de la aerolínea Vueling para volar desde El Prat hasta el aeropuerto de Lleida-Alguaire. Fue la primera polémica. Luego, el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, llegó, se hizo la foto e hizo que un helicóptero le fuese a buscar para no perder un vuelo desde El Prat que le debía llevar a África. Nueva polémica. Apenas dos semanas después, esta infraestructura, que ha costado a las arcas públicas más de 97 millones de euros, vuelve a ser noticia, aunque por otros motivos.
Tiendas con las persianas cerradas, cintas transportadoras paradas, paneles de información a medio rellenar y escasa actividad en las pistas es la estampa que tienen las instalaciones de Lleida-Alguaire. No deberían ser factores que describan el día a día de un aeropuerto, pero ésta es la realidad de la primera instalación aérea impulsada por la Generalitat: de momento, sólo cuenta con un vuelo directo hacia París, operado por la aerolínea Vueling, y con el interés mostrado por la irlandesa Ryanair.